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Si estás aquí es porque seguramente te ha picado la pequeña avispa de la curiosidad y estás pensando en nuevas formas de agregar picardía a tu relación o en formas de generar ingresos ejerciendo como Dominatrix. 

Sea cual sea la razón, has llegado al sitio indicado. Resulta que hemos diseñado este artículo para explicar a fondo qué es una Dominatrix, desmitificar el rol, explorar el significado de esta práctica en la intimidad y, además, proporcionar algunas sugerencias sobre cómo actuar como una en la cama. 

De igual forma, hemos agregado algunos términos clave que deben conocer aquellas personas interesadas en explorar esta faceta dentro de sus relaciones o como una forma de generar ingresos.

¿Qué es una dominatrix?

Una dominatrix o Domme es una mujer que asume el rol dominante dentro de una dinámica BDSM. ¿A qué nos referimos con esto? A que la dominatrix tiene el control casi absoluto sobre la situación, dirige el intercambio de poder y establece los términos bajo los cuales la interacción sexual o sensorial ocurre. La dominación de la pareja (a menudo denominada «sumiso» o «sub»), se da en el ámbito psicológico y físico.

La dominatrix no solo ejerce poder físico, sino que también emplea juegos mentales, control de la situación y una actitud segura y autoritaria. Este rol no necesariamente involucra el dolor físico, sino que puede centrarse en la sumisión mental, las órdenes y las reglas establecidas dentro de los límites consensuados.

La dominatrix profesional (Sí, aquí hay dinero)

Hace muchos años que la dominación ya no es tabú, tal como ha sucedido con otras actividades que se realizan dentro del sexo. Es por eso que, muchos hombres y mujeres han abierto su mente a esta fantasía sexual, ya con menos vergüenza y con más deseo.

Debido a lo anterior, el término dominatrix se ha terminado asociando con profesionales que ofrecen servicios de este tipo a personas que buscan experimentar la sumisión en un ambiente controlado. Estas mujeres suelen tener experiencia en las prácticas del BDSM, conocen los límites, las señales de seguridad, y la comunicación abierta para garantizar el consentimiento.

Desmitificación del rol de la dominatrix

El papel de la dominatrix a menudo ha sido malinterpretado en los medios de comunicación y en la cultura popular. Lo que hace que aquellos que alguna vez pensaron atreverse a probar ser sumisos, se arrepintieran al buscar un poco de información en la web. 

La verdad es que el término dominatrix tuvo su buen tiempo de mala fama debido, entre otras cosas, a los mitos que se fueron instalando en el colectivo. Por eso, queremos mostrarte a continuación algunos mitos comunes y contrastamos con la realidad para lavarle la cara a todas las dominatrices del mundo.

Mito 1: Ser una dominatrix es ser cruel o abusiva

Uno de los mitos más extendidos es que una dominatrix es alguien cruel o abusiva que disfruta de hacer daño a los demás, como una especie de monstruo del sexo. Sin embargo, a realidad es que el BDSM se basa en el consentimiento mutuo y la comunicación clara. La persona sumisa no entrega un poder absoluto, sino que todo está dentro de los límites previamente acordados.

Mito 2: Ser una dominatrix significa ser hipersexual

Otro mito común es que una dominatrix es una figura que solo actúa en el ámbito sexual físico. Si bien el BDSM puede involucrar aspectos sexuales, la dominación es mucho más amplia. No todas las sesiones o dinámicas entre dominatrix y sumiso tienen que ver con el sexo explícito. Existen sumisos que encuentran placer en el intercambio de poder o en el control psicológico.

Mito 3: Se necesita experiencia profesional para ser una dominatrix

Este es otro concepto erróneo. Aunque existen dominatrices profesionales que han desarrollado una carrera en torno a esta práctica, cualquier mujer puede asumir el rol de dominatrix dentro de una relación, siempre y cuando haya consentimiento, comunicación y una comprensión de los límites mutuos. No se requiere ser un «experto» para comenzar a explorar la dominación en la cama.

Cómo actuar como una dominatrix en la cama

Si estás interesada en experimentar con la dominación dentro de tu relación de pareja o en el ámbito profesional, debes tener muy claras algunas cuestiones (para que las cosas no se salgan de control). Aquí te damos algunos consejos sobre cómo empezar.

Comunicación y consentimiento

Tal como mencionamos unos cuantos párrafos atrás, el BDSM no se trata de sentir dolor y pedir por completo el control sobre el acto sexual.

Si bien el dolor puede ser una fuente de placer, este debe ser controlado, precisamente para que no se convierta en algo solamente doloroso. Es por ello que lo más importante en cualquier práctica BDSM es la comunicación abierta. Antes de intentar cualquier cosa en la cama, es fundamental hablar con tu pareja sobre sus deseos, expectativas y límites. Algunas preguntas que podrías considerar son:

  • ¿Qué te gustaría experimentar?
  • ¿Qué partes de tu cuerpo te gustaría que controlara o usara?
  • ¿Cuáles son tus límites y cuáles son los míos?

Otra cosa que no debes olvidar es acordar una palabra de seguridad. Esta es la palabra debe usarse si cualquiera de los dos siente que la situación se está volviendo incómoda o si quieren detenerse.

En la imagen aparece una dominatrix con actitud dominante

Desarrollo de una actitud dominante

No puedes ser una dominatrix si no te sientes como tal. Lo primero, como en todo, es la confianza en uno mismo. Y más que cómo te ves o las acciones específicas que realizas, es la actitud que proyectas. 

Parte de lo que hace a una dominatrix tan poderosa es su confianza en sí misma y en su capacidad para tomar el control. Para empezar a asumir este rol, es importante trabajar en la mentalidad adecuada:

  • Auto-confianza: Cree en tu capacidad para dirigir la situación. El sumiso busca que tomes el control, por lo que tu seguridad en ti misma es clave.
  • Autoridad: Habla con firmeza y da instrucciones claras. No temas dar órdenes como: «Recuéstate y no te muevas», o «No puedes tocarme hasta que yo te lo permita».
  • Control: Recuerda que tú decides cómo se desarrolla la experiencia. Si algo no te gusta, o quieres cambiar de dirección, comunícalo claramente.

En la imagen aparece una dominatrix con los ojos vendados haciendo alusión a las técnicas de dominación que incluyen el vendaje de los ojos

Técnicas de dominación en la cama

Ok, ya tenemos la actitud. Una vez esto en su lugar, puedes empezar a implementar algunas técnicas para dominar en la cama. Puedes comenzar con algunas de estas ideas:

  • Inmovilización: Esta es la técnica más común y una de las más inofensivas, simples y eficaces para establecer el control en la cama. Recuerda siempre utilizar métodos seguros y materiales adecuados (como cuerdas suaves o esposas de juguete) para evitar cualquier lesión.
  • Juegos de control sensorial: Cegueras, tapones para los oídos y alguna cosa más que límite sus sentidos pueden ser útiles para establecer el control sobre tu pareja. Incluso plumas y hielo pueden utilizarse para controlar lo que tu pareja siente. Al restringir sus sentidos, puedes aumentar su vulnerabilidad y sensibilidad, dándote un mayor control sobre la experiencia.
  • Órdenes y restricciones: No olvides que eres tú la que manda. Necesitas dar instrucciones claras sobre lo que puede y no puede hacer tu pareja. Puedes jugar con restricciones sexuales, como decirle que no puede tocarte o que no puede moverse hasta que se lo permitas.
  • Castigo y recompensa: Establece un sistema en el que tu pareja pueda ser recompensada o castigada según su comportamiento. Por ejemplo, si sigue tus órdenes, podría recibir una caricia o un beso; si no, podrías negarle el placer por un tiempo.

Uso de vestuario y accesorios

No es algo absolutamente necesario, pero a muchos sumisos les gusta que sus dominatrices elijan usar ciertos atuendos o accesorios que complementan su rol y refuerzan su imagen de autoridad.

  • Lencería de cuero o látex: Es visualmente muy atractivo y es común en escenas de cine para adulto, por lo que ya está más que asociado a la sensualidad y el erotismo. 
  • Tacones altos: Los tacones pueden dar una sensación de poder y control, además de añadir a la estética de una dominatrix.
  • Juguetes BDSM: Látigos, fustas, esposas y collares son algunos de los juguetes asociados con la dominación, y pueden ser herramientas útiles si decides implementarlos. Nuevamente, el uso de cualquier accesorio debe ser discutido previamente con tu pareja para asegurarse de que ambos se sientan cómodos.

No seas la terapeuta de tu sumiso

Ese título que acabas de leer quizás sea algo sorpresivo, pero sí, evita convertirte en la terapeuta de tu sumiso, ya sea tu pareja o un cliente.

No es nada descabellado pensar que una persona que elige la sumisión en el sexo sea alguien que de alguna forma esté lidiando con algún malestar mental como el estrés o el trauma. En este sentido, la sumisión puede verse como un escape a estos problemas y puede ser también una forma de evadir la terapia con un profesional de la salud.

Seguridad y respeto en la dinámica de dominación

No pierdas de vista la importancia de la seguridad en ningún momento. Aunque la dominación puede ser excitante y divertida, la seguridad, el respeto y el consentimiento van primero. 

Estos principios fundamentales garantizan que ambas partes disfruten de la experiencia sin riesgos emocionales o físicos. Algunas pautas para garantizar una experiencia segura son:

  • Palabra de seguridad: No nos cansaremos de repetirte que debes tener una palabra o señal de seguridad que cualquiera de los dos pueda usar para detener la acción de inmediato.
  • Revisión constante: Atiende a tu pareja haciendo pausas para comprobar cómo se siente. Pregunta si todo está bien o si necesita ajustar algo. A esto se le suele llamar ultimátums.
  • Post-cuidado: Después de una sesión intensa de BDSM, es importante ofrecer un espacio para que ambos se sientan apoyados emocionalmente. Esto podría incluir caricias, hablar sobre cómo se sintieron o simplemente relajarse juntos.

Estos mecanismos de seguridad y cuidado aplican tanto para dominatrices amateur como para las que quieran ejercer como profesionales.

Ya puedes haberte dado cuenta de que el papel de una dominatrix va muchísimo más allá de lo que la mayoría de personas asumen. Esto se trata de confianza, control consensuado y un intercambio de poder dentro de los límites establecidos entre las personas involucradas. 

Tanto si quieres explorar sobre este tema para ser la dominatrix de tu pareja o para actuar como una dominatrix profesional en la cama, debes tener en cuenta que esto requiere la disposición para explorar nuevas dinámicas, siempre de manera segura y respetuosa.

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