Las feromonas, “el perfume de la atracción animal”, es uno de los temas de conversación recurrente en el mundo de quienes hablan y saben de seducción. Sobre todo cuando se habla de las fragancias, ya que la moda de los perfumes que contienen este tipo de sustancias químicas está creciendo sin parar.
Cada vez son más los fabricantes que incluyen entre sus productos perfumes que contienen estas hormonas asociadas a la atracción sexual, no solo en animales sino también en seres humanos.
Pero ¿nos están timando?, ¿es verdad que estas sustancias pueden hacernos más atractivos?, ¿cuál es la verdad? De esto va el artículo que estás leyendo. Veamos qué es lo que dice la ciencia al respecto.
¿Qué son las feromonas?
Las feromonas son sustancias químicas naturales que los animales son capaces de segregar a través de su organismo. Y se dice que el objetivo de estas es atraer al sexo opuesto mediante un estímulo olfativo.
Las feromonas funcionan de la siguiente manera
Las señales de las feromonas son detectadas por un órgano dentro de la nariz llamado Órgano Vomero nasal (OVN). Cuando este órgano detecta una feromona, inmediatamente envía una señal al cerebro. Esta es una señal que puede generar una respuesta sexual al transmitir información respecto al estado de ánimo, disponibilidad y compatibilidad sexual.
Se cree que esta es la razón por la cual uno puede sentirse atraído/a por una persona de manera inconsciente o sin ningún motivo aparente.
De ser cierto esto, estaríamos ante un dilema un tanto moral, pues quiere decir que nuestra idea del amor no es algo tan espiritual como la mayoría de personas suele creer, sino que se trata de algo más “químico”. Además, daría fuerza a muchas de las teorías que dandis y seductores profesionales han sostenido a lo largo del tiempo, sin contar que también pondría de manifiesto que no solo bastan los buenos sentimientos para enamorar a la chica o chico que te gusta.
¿Existen las feromonas?
La respuesta es un rotundo sí. En principio, las feromonas son sustancias químicas que existen y es un hecho que está comprobado por la ciencia.
“La explicación a este tipo de fenómeno puede tomarse de muchos estudios científicos llevados a cabo por un grupo de investigadores que, junto con la doctora Cutler, especialista en el comportamiento humano, encontraron en 1986 que el ser humano libera una feromona”.
No obstante, “es imposible para nosotros percibir las feromonas emitidas por otros seres humanos”. Es lo que dice la Revista de Divulgación Científica y Tecnológica de la Universidad Veracruzana. Esto sucede bien sea porque hemos perdido esta capacidad o porque no la hemos desarrollado como otros animales. Es muy distinto en el caso de muchos otros mamíferos quienes utilizan un conjunto separado de células receptoras para percibir una variedad de información a través de la nariz, como es el caso de los ratones, alces o leones.
La historia nace con el doctor J.H. Fabre
Los estudios llevados a cabo en los seres humanos sobre esta señal química nacen a partir de las exitosas investigaciones que se han realizado desde hace algunos años en los insectos.
Un reconocido investigador, el doctor J.H. Fabre, narra que una noche de mayo, estando en casa, apareció una hembra de una gran mariposa, la Saturnia pyri, que se nutre de diversas especies forestales; ocho días después había capturado a 150 machos de la misma especie que llegaron a su cuarto atraído desde varios kilómetros de distancia.
Esto lo llevó a pensar que las hembras emiten un olor que los machos detectan a través de sus finas antenas. En comparación con el ser humano, ello equivaldría a que una mujer madura liberara toda su esencia femenina en una habitación y que al cabo de un tiempo un gran número de hombres la rodeara tratando de cortejarla, y todo gracias a su sentido del olfato – La ciencia y el hombre.
La feromona llamada bombykol
El comienzo o el “¡Bom!” se debió al descubrimiento de una feromona liberada por la mariposa del gusano de seda (Bombyx mori), la cual era capaz de atraer a los machos de su especie una vez la hembra liberaba la sustancia.
“En 1959, los doctores Karlson y Lüscher fueron los primeros en sugerir y definir la palabra feromona, que proviene del griego y que significa ‘llevar excitación’”. Universidad Veracruzana.
El macho es capaz de percibir los químicos liberados a través de unas antenas muy especializadas que cuenta con miles de sénsulos o vellosidades. Los químicos podían ser captados por los machos circundantes a varios Km, quienes no tardarían en hacer acto de presencia para comenzar el cortejo hacia la hembra.
“Se dice que si una hembra liberara todo el bombykol que ha concentrado en su glándula, atraería a un trillón de machos en un instante”.
Como era de esperarse, no tardo demasiado para que se planteara una analogía entre la mujer y la mariposa del gusano de seda, lo que ya sabemos es una analogía que hasta ahora ha resultado imposible.
La fiesta de las hormonas
A pesar de todo, aún existen quienes defiende el uso de las feromonas para aumentar su capacidad de seducción y las posibilidades de emparejarse con la persona correcta. Incluso en 2010 un grupo formado por decenas de personas acudieron a una reunión en una de las galerías de arte de Brooklyn, en Nueva York (EE. UU.), con la finalidad de olerse las camisetas las unas a las otras.
Lo curioso es que no se trataba para nada de una fiesta fetiche, sino de una completa prueba de seducción a través del olfato.
La premisa de la «Fiesta de las Feromonas» era sencilla: abrir una de las muchas bolsas que contenían la camiseta usada de otra persona y olerla. Si te gustaba lo que olías, entonces podías tener una cita con el propietario de la prenda.
El bar donde huelen camisetas para encontrar pareja
Este experimento olfativo fue todo un éxito y se celebraron más «Fiestas de las Feromonas» en Los Ángeles (EE.UU.) y en Londres (Reino Unido).
Las feromonas se venden como pociones mágicas
Debido a la fama de la cual gozaron las feromonas en su momento, no faltó quienes intentaran sacarle algo de provecho económico, ¡por supuesto!
Un campo en el que las feromonas se acoplaron muy bien fue el de la venta de perfumes. Y es lógico, ya que las feromonas tienen su mecanismo de acción a través del olfato. Así que, que mejor que oler bien y, además, enamorar personas a tu paso. Es por ello que a día de hoy puedes conseguir en el mercado diversos perfumes que contienen feromonas y son vendidos como pociones mágicas de la seducción. Incluso, hay quienes nombran a dichos perfumes como infaltables entre sus consejos para triunfar en la primera cita.
¿Qué feromonas masculinas suelen tener estos perfumes?
- En el caso de los perfumes masculinos, estos pueden contener androstenona, una feromona masculina que se cree aumenta la libido de las mujeres, al tiempo que hace a sus usuarios más atractivos.
- El androstenol, por otra parte, es una feromona cuya promesa es hacerte parecer más accesible para el sexo femenino.
- Algunas otras feromonas se suelen vender como pociones «rompedoras de hielo», otras son reforzadoras de la masculinidad y otras potenciadoras afrodisiacas para encuentros sexuales.
Todas estas promesas en la publicidad de estos perfumes no ha sido respaldada completamente por pruebas científicas; sin embargo, hay quienes en verdad creen que funcionan y logran ver resultados luego de su uso.
Pero este comportamiento es absolutamente entendible, ya que la aceptación de la influencia de las feromonas en nuestras posibilidades de conseguir pareja se ha popularizado desde hace algunos años.
También es sabido que algunas personas incluso están dispuestas a comprar «pociones amorosas», lociones, jabones y todo aquello que les prometa conseguir amor, sexo o pareja de un modo más sencillo.
A día de hoy la industria de la perfumería es capaz de imitar a las “feromonas masculinas y femeninas humanas” con gran éxito. Marcas como Phiero, tienen a la venta feromonas sintéticas de origen vegetal que producen excelentes resultados para la satisfacción personal. Sobre todo cuando se trata de elevar la autoestima de las personas que compran estas “posiciones”.
Afrodisiaco natural en los animales ¡Es correcto!
Como ya comentábamos, las feromonas son utilizadas por algunos animales tales como ratones o insectos para encontrar pareja o como sistema natural de GPS.
Acerca de este tipo de mecanismo existen algunos estudios que sí demuestran su eficacia. Por lo tanto, se puede afirmar que las feromonas sí existen y funcionan bastante bien cuando se trata de cumplir su cometido en otros animales, pero no en los seres humanos, pues en nosotros el sentido del olfato funciona de una manera muy distinta, o por lo menos así es cuando ya somos adultos.
Quizás los recién nacidos pueden olfatear las feromonas
Si bien es cierto que los estudios científicos respecto a las feromonas que fueron realizados con personas adultas resultaron infructíferos, en el caso de los bebes recién nacidos la historia puede ser otra.
Un estudio científico realizado en 2009 descubrió que, “durante el amamantamiento, las glándulas areolares que rodean el pezón de la madre secretan un líquido, además de la leche”.
En la prueba se pudo observar que al colocar dicho líquido sobre la nariz de los bebés, estos abrían inmediatamente su boca, sacaban su lengua y comenzaban a succionar tratando de alimentarse.
También se observó el hecho de que las secreciones de otras madres son capaces de provocar la misma reacción en los bebes, lo que elimina la posibilidad de que estos simplemente actúen porque recuerdan el olor de sus madres.
Es cierto que esto no respalda el uso de las feromonas como agentes afrodisíacos o de atracción sexual, sí que abre la posibilidad de entender más acerca de los vínculos biológicos que nos unen como especie. Esta secreción se transforma entonces en la mayor esperanza para la búsqueda de la primera feromona humana.