Echar pasión, un polvo, tener una junta de ombligos o hacer el delicioso, tal como dicen en algunos países, es una actividad divertida y saludable, siempre y cuando tengas la edad suficiente y estés preparado emocional, física y mentalmente. De esto último trata la educación sexual, de dotarte de herramientas para el disfrute saludable de la actividad sexual y reproductiva.
Cuando hablamos de educación sexual, nos encontramos ante un terreno bastante poco explorado, sobre todo por los más jóvenes, aunque algunos adultos llegan a entender algunas veces menos.
Casi siempre pensamos que no hay nada que aprender sobre enfermedades de transmisión sexual, programación familiar, el acto sexual en sí mismo, la pubertad, anatomía, orientación sexual e identidad de género; pero esto no es así, la realidad es que, en cuanto al sexo, somos como pintores que han decidido comenzar el óleo sin tener ni idea de teoría y técnica.
Por supuesto, el sexo es algo natural y ningún animal necesita de instrucciones para realizarlo, pero es que tampoco los animales viven como nosotros la sexualidad, fuera del aspecto reproductivo. Es por esta razón que decidimos redactar este artículo. No como un manual aburrido sobre educación sexual, sino poniendo sobre la mesa, sobre todo, lo que hace importante a la educación sexual.
¿Qué es la educación sexual?
“La educación sexual es un proceso de enseñanza y aprendizaje de alta calidad acerca de una amplia variedad de temas relacionados con la sexualidad y la salud reproductiva, donde se exploran valores y creencias relacionados con estos temas. Al mismo tiempo, la educación sexual ayuda a que las personas obtengan las herramientas necesarias para manejar su relación con ellas mismas, sus parejas, comunidades, y con su propia salud sexual”.
Hablar de enfermedades de transmisión sexual como el VIH y de métodos anticonceptivos también está incluido en el paquete de la educación sexual. De igual forma, derrumbar mitos y falsas creencias acerca del sexo y la reproducción también forma parte del proceso de esta.
Respecto a esto, cabe destacar que cada individuo depende de la cantidad de información válida que tiene sobre el sexo, su cuerpo y su contexto para cuidarse a sí mismo, a sus parejas, familiares y amigos.
La importancia de la educación sexual para jóvenes
Allí es donde radica verdaderamente la importancia de la educación sexual. Es necesaria para cuidar y cuidarnos, ya que si bien es cierto, tenemos al sexo como una gran opción de disfrute, este también tiene su lado negativo.
Cuidarnos de los aspectos negativos del sexo es una de las funciones más importantes de la educación sexual (de tu educación sexual), porque estar informado te ayuda a tomar las mejores decisiones en cuanto a tus hábitos en el ámbito del sexo y la sexualidad en general.
Ya no usamos el sexo solo para reproducirnos como lo hacen la mayoría de los animales
Tal como lo escriben en la página de scouts de España, nuestra sexualidad va mucho más allá del mero acto reproductivo.
«Antiguamente, toda práctica sexual que no iba destinada a la procreación era considerada antinatural».
Nuestra sexualidad engloba aspectos culturales, de género, anatómicos, psicológicos y biológicos que no podemos dejar de lado a la hora del acto sexual, si queremos que el sexo sea un momento de total disfrute, sin coacción, sin dudas y sin daños para la salud física y mental. Esto lo lograrás en la medida en que te tomes en serio tu educación sexual.
Sirve como acompañamiento en la pubertad y el desarrollo sexual del individuo
Aunque se cree que hablarle a los jóvenes y niños sobre sexualidad tiende a volvernos promiscuos, puede que en realidad su reacción sea totalmente distinta o, por lo menos, no tan extrema como se afirma.
Uno de los programas más competentes en educación sexual infantil es el de Países Bajos, en el que la sexualidad se muestra como algo placentero y positivo. Las personas de este país relatan su primera vez como divertida y deseada, mientras que dos de cada tres personas en Estados Unidos se arrepienten de no haber esperado más
La sexóloga y psicóloga Ana Yáñez Otero, afirma en una publicación de la directora del Instituto Clínico Extremeño de Sexología en Mérida que “obtener una educación sexual completa retrasa el inicio de las relaciones sexuales”, pues hace que los jóvenes sean más minuciosos al escoger sus parejas o a las personas con las que quieren compartir su cuerpo.
Los medios que tienen los menores para informarse o relacionarse con el mundo sexual están al alcance de su mano; por lo tanto, es necesario que sean acompañados por los adultos o responsables de estos, de modo que puedan ser guiados por palabras empáticas provenientes de personas que desean lo mejor para ellos y no de la pornografía o del internet que, aunque lleno de información valiosa, también se encuentra atestado de mentiras o verdades a medias y de personas con malas intenciones.
La sexóloga Aisha Molina Calderón estableció que la falta de educación sexual propicia la existencia de sobrevivientes de violencia sexual.
Agregó que, “privar a adolescentes de una educación sexual completa fomenta el acoso, los piropos inapropiados y que los primeros acercamientos sexuales de una persona sean misóginos”.
Te da la posibilidad de gozar de una buena salud sexual
En este aspecto, la educación sexual tiene como función ayudar a proteger tu cuerpo de enfermedades de transmisión sexual o de cualquier tipo de lesión, aunque está no sea de gravedad.
Te enseña cuales son las prácticas más seguras al momento de mantener relaciones sexuales para que puedas protegerte y proteger a tus parejas contra infecciones o embarazos no deseados.
También puedes aprender cuál es la periodicidad con la que debes asistir al médico una vez que has comenzado tu vida sexual activa. De igual forma, aprenderás cuales son los exámenes médicos que debes realizarte para descartar que tengas alguna ITS y sabrás distinguir los síntomas de algunas de estas infecciones.
Te ayuda a comprender tu identidad sexual y tu género
Puedes obtener conocimientos acerca de los conceptos de identidad sexual y de los diversos géneros que existen, así como también la manera en la que estos pueden expresarse a través de los distintos roles de género sin la necesidad de reprimirte o sentir vergüenza.
Comprenderás que no hay ningún tipo de pecado al no pertenecer al renglón del binarismo de género y que puedes relacionarte con otros de forma totalmente normal.
Te sentirás más seguro de ti mismo al darte cuenta de que existen otras personas con tus mismos gustos e intereses y que están luchando, como tú, por salir adelante.
Comprenderás tu comportamiento sexual y el de otros
El comportamiento sexual tiene que ver con la forma en la que los seres humanos experimentamos y expresamos nuestra sexualidad.
La educación sexual te ayudará a entender cuáles son aquellos comportamientos sexuales seguros y cuales son aquellos que representan un riesgo para ti y para los demás.
De igual forma, observarás con más naturalidad el hecho de que existan distintas orientaciones sexuales que difieren de la heterosexual y géneros más allá del masculino y femenino, que se encuentran en el ámbito de lo que se denomina como diversidad sexual.
¿Qué es una buena educación sexual y cómo puedes conseguirla?
Puedes ver indicios de que tienes una buena salud sexual, si eres una persona que se protege de infecciones de trasmisión sexual, usas métodos anticonceptivos, comprendes cuales son las conductas sexuales seguras y cuales son aquellas que representan un riesgo para ti y tu pareja. Además de eso, una buena educación sexual es aquella que te lleva a expresar y experimentar de forma positiva tu identidad de género y orientación sexual.
De igual forma, una persona con una comunicación asertiva y empática, que sabe relacionarse con el género que le atrae, puede ser también un indicador de que posees una buena educación sexual.
Conseguir una buena educación sexual tiene que ver con educarse activamente, pasar del autoengaño destructivo de quienes creen que el sexo para el humano actual es tan automático como el acto de respirar, a leer y preguntar a los expertos todas tus dudas.
«La sexualidad debe tratarse de una forma cercana y empática sin olvidar la profesionalidad y seriedad que el tema merece».
La educación sexual se ha estado desarrollando poco a poco. Cada vez son más los países que apuestan por ella
Antes de la década de los 90’, la educación sexual era casi inexistente, la sociedad creía que hablar de cuestiones sexuales a los adolescentes los hacía promiscuos y, ¡claro!, había que conservarse castos hasta el matrimonio.
La forma en la que se hacían las cosas, por lo general, era la siguiente: una noche antes de la noche de bodas obtenías una pequeña explicación y, acto seguido, ibas a la batalla, preparado o preparada con un tenedor para una de las batallas más importantes de tu vida. Las dudas posteriores y problemas relacionados iban por tu cuenta, porque de eso no se habla en público y menos con tu pareja.
En 1930 ya existían varias escuelas en diferentes países en donde se comenzaban a impartir clases, aunque muy básicas, sobre educación sexual.
Después de la Segunda Guerra Mundial y unido al estallido de nacimientos que prosiguieron a esta, surgió la preocupación por las tendencias demográficas. ¿Nacían demasiados niños?
Se hizo necesario hablar de la pubertad y los problemas del embarazo precoz. Por supuesto, solo se hablaba de las prácticas sexuales que se daban dentro del matrimonio heterosexual. Aún seguía siendo tabú hablar sobre homosexualidad o cualquier otra orientación sexual.
La ofensiva por parte de los grupos cristianos
Instantáneamente, surgen grupos cristianos que vienen a desprestigiar todo el movimiento que se daba en cuanto a educación sexual y se trata como un «sucio complot comunista» que solo vuelve a los niños y adolescentes más promiscuos.
Ese argumento no solo apareció en Estados Unidos, en países latinoamericanos como México se escuchaba que la educación sexual venía de esos hippies de izquierda y era una amenaza para la familia tradicional.
Luego del surgimiento de la pandemia de VIH las cosas cambian y la educación sexual se vuelve un tema de salud pública al que hay que prestarle suficiente atención.
Con la llamada generación X en plena adolescencia se hacen algunos esfuerzos por mejorar la educación sexual. Se comienzan a ver pláticas escolares sobre embarazos y enfermedades de transmisión sexual, pero más con la intención de infundir miedo en ellos.
La aparición del internet, ¿un arma de doble filo?
Quizás, Internet ha hecho que nos cuestionemos más, que aprendamos más y que nos equivoquemos más.
Hasta que aparece el gran maestro de los millennials, internet, un lugar maravilloso donde es posible responder muchas de las preguntas, aunque también se crea una falsa idea de que todo lo que aparecía en internet era verídico, no se dio el boom de la educación sexual.
Los dos enfoques actuales para la educación sexual
Actualmente, parece que hay dos formas principales en las que se enseña comunicación sexual.
La primera es la educación de abstinencia
La cual pretende evitar o atrasar por el mayor tiempo posible las relaciones sexuales. Los programas más rigurosos desincentivan cualquier práctica sexual enfocándose en el solo en aspecto reproductivo del sexo y haciendo énfasis en los riesgos que este conlleva, tales ccomo el embarazo adolescente y las enfermedades de transmisión sexual.
Por otro lado está la educación sexual integral
Incluye todos los aspectos de la sexualidad:
- Imagen corporal.
- Relaciones emocionales y sus responsabilidades.
- Anatomía.
- Actividad sexual.
- Reproducción.
- Edad de consentimiento.
- Salud y derechos reproductivos.
- Métodos anticonceptivos.
- Planeación familiar
- Género y orientación sexual.
- Placer.
- Toma de decisiones.
- Comunicación
- Enfermedades de transmisión sexual y valores.
¿Parece que se le está dando demasiada información a los niños y adolescentes? ¿Tú qué opinas?
Si quieres más información como la que acabas de leer, recuerda que tenemos una sección de sexualidad, en donde hablamos sin tabú de temas como estos.